sábado, 1 de febrero de 2014

BONDAGE Y EROTISMO

Me perdonas la venda de los ojos y sacas una cuerda fina, color rojo, larga muy larga, está enrollada en un ovillo muy abultado. Me quitas el sujetador, con delicadeza, y deslizas tu lengua por mis pezones pero no los tocas con tus manos, yo estoy deseando que me envuelvas los pechos con ellas, te apartas a una esquina de la cama y me miras como un pintor mirando un lienzo en blanco pensando cual será su primera pincelada.
 
 
Desenrollas la cuerda mirándome, de vez en cuando la dejas a un lado y te acercas a besarme, son besos tiernos, mordiéndome el labio, o deslizas la punta de la lengua por mi pezón de nuevo, y vuelves a coger la cuerda y sigues preparándola en lo que me parece un ritual, me pregunto cuantas mujeres habrás tenido aquí en tu cama en esta misma situación.
Me pides que arquee un poco la espalda y empiezas a pasar el ovillo de cuerda por debajo, dándome vueltas por encima y por debajo del pecho, estás haciéndome un traje de cuerda dejando mis pechos a la vista y a veces dejas el ovillo a un lado y vuelves a besarme y rozas todo tu cuerpo con el mío, o te paras a corregir la posición de alguna cuerda y me miras con una sonrisa, o me apartas un mechón de cabello que cae por mi cara...
 

A pesar de que este tipo de prácticas sólo recientemente se han empezado a recoger en obras de divulgación sobre sexualidad, el deseo sexual ligado a la inmovilización está muy extendido y se conoce desde antiguo, como lo muestran numerosas imágenes de intención aparentemente no erótica.
¿Por qué a algunas personas les atrae el juego de ser atadas? La razón que con más frecuencia se invoca es la liberación de inhibiciones y responsabilidades, en la medida en que confían las llaves del juego erótico a otra persona, que es quien marca las pautas. La sensación de dejarse llevar, de despreocupado abandono erótico, es para muchas personas altamente gratificante en el plano sexual.
A algunas personas les atraen también las sensaciones físicas: la presión de la cuerda, la imposibilidad de moverse, el roce o incluso la abrasión producida por la cuerda al desplazarse sobre la piel. Ligado a esto último está asimismo el placer obtenido por la adrenalina que genera el peligro simbólico. Atrae igualmente la sensación de impotencia cuando se hacen intentos por liberarse; a algunas personas les agrada realizar estos intentos mientras son estimuladas sexualmente por la persona activa, aunque el bondage no implica necesariamente contacto sexual. Es frecuente asimismo el uso del bondage en los llamados "juegos de sumisión" o juegos en los que se representan roles amo/esclavo. Finalmente, el bondage puede utilizarse como complemento de otras prácticas sexuales, incluso de tipo enteramente convencional, para estimular la libido de la persona que recibe el bondage y/o de la persona que lo ejecuta.
En este contexto, algunas de las razones que las personas activas suelen dar con más frecuencia para explicar su afición al bondage, son el estímulo que genera tener la total responsabilidad sobre el placer sexual del compañero o compañera, el placer creativo y estético unido a la visión del cuerpo humano encordado como una singular obra de arte, y otras razones, que son complementarias de las que interesan a quienes asumen el rol pasivo.
En la práctica del bondage pueden intervenir otros complementos, como: máscaras, vendas, mordazas, plugs, columpios, etc.

BONDAGE PARA PRINCIPIANTES

El bondage es más común en otros países de lo que podrías pensar; el arte de acompañar el sexo con ataduras e inmovilizaciones, gana adeptos en España. Te damos 10 consejos para iniciarte y disfrutarlo sin correr el mínimo riesgo.

Por empezar con lo básico, que sepas que el bondage se define como “la inmovilización con cuerdas y nudos de un sumiso o esclava, con una búsqueda estética y/o decorativa del cuerpo”. Vamos, el encuentro sexual en el que uno de los dos estáis atados. Pero existe una versión más de andar por casa a la que seguro que has jugado alguna vez. Por ejemplo, poniéndole unas esposas a tu chica o una venda en los ojos -o sea, la limitación de privación sensorial y la limitación del movimiento-. De esta manera, se establece un reparto de poder en el que uno de los amantes asume el rol de sumisión y el otro el de dominación. En definitiva, se trata de obedecer y ordenar. Si no sabes si esta pequeña filia te gustará, hazte una simple pregunta: ¿fantaseas alguna vez con inmovilizar a tu pareja y utilizarla a tu gusto?; o a la inversa, ¿por qué no?, con ser inmovilizado y utilizado. Si tu respuesta es “sí”, no lo dudes: este juego te va a encantar. Aquí tienes 10 puntos básicos para disfrutar de tu primera sesión de bondage.


 
1. Confianza. No le dejarías tus llaves del coche a la primera persona con la que ligas una noche de copas, ¿no? Pues menos aún deberías poner tu propia seguridad en manos de una desconocida. El bondage no es una práctica peligrosa en sí misma, pero no olvides que conlleva la inmovilización y, por muy encantadora que pueda resultarte tu conquista, no hace más de unas horas que os conocéis.

2. Estar de acuerdo. El dejarse atar los brazos al respaldo de una silla es algo que tienes que hablar antes con tu chica si quieres disfrutar de una experiencia de placer con ella y no un conflicto. Explícale que te excita mucho esa fantasía, que te encantaría ponerla en práctica y, claro, pregúntale qué opina ella.

3. Elige tu rol. En el bondage una persona manda y la otra obedece. Acordad quién es quién. También podéis intercambiar los papeles de vez en cuando y así, de paso, no caéis en la rutina.

4. Métete en tu papel. Es imprescindible creértelo para dejarte arrollar por el placer. Cuando eres sumiso, deberás aprender a darte licencia para dejarte hacer, abandonarte a los caprichos de tu amante. No tienes que pensar ni actuar, sólo obedecer y entregar tu cuerpo a tu acompañante en este viaje. Para ti toda la sesión será una incógnita, no sabes cuál va a ser el próximo movimiento de ficha. En cambio, el papel dominante asume el control absoluto de la situación. Da las órdenes y crea los amarres. Lo bueno de este juego es que se desarrolla lentamente y permite jugar con todo el cuerpo. Cuanto más se estimulen otras zonas aparte de los genitales, mucho mejor. Además, la carga psicológica de la situación provoca unos niveles de turbación muy altos.

5. Palabra clave. Antes de emprender el juego deberéis acordar una palabra (por ejemplo, “rojo”) para que, en cualquier momento en que no estés cómodo, baste con decirla en voz alta para que todo se detenga.

6. Zonas prohibidas. NUNCA pases una cuerda alrededor del cuello, es muy fácil que eso pueda causar ahogos o estrangulaciones. NUNCA aprietes tanto la cuerda que cortes la circulación; si ves que la piel se pone fría y azul, desata inmediatamente. NUNCA dejes sola a una persona que está inmovilizada, debes estar siempre cuidando de que todo va bien.

7. Ten siempre algo cortante a mano. En caso de que tu pareja grite la palabra clave, esto te indicará que no debes perder un segundo en desatarla. Conviene tener preparadas unas tijeras o un cuchillo afilado capaz de cortar la cuerda.

8. Cuerdas. Puedes usar de todo: corbatas, bufandas de seda o raso (muy difíciles de desatar) y en general cualquier trozo de tela o cinta que te permita hacer nudos. Pero para hacer una sesión de bondage necesitarás bastantes metros de cuerda, mínimo 7, y para atar un cuerpo completo, 20.

9. Otras ataduras. Para empezar, nada mejor que unas buenas esposas. Puedes comenzar por unas económicas tipo policía (mejor si van recubiertas de peluche) o pasar directamente a unas de piel, que siempre son más atractivas y, si no vienen juntas, te permiten unirlas con cuerdas para convertirlas en un amarre polivalente.

10. ¿Cómo informarte? No hay mucha bibliografía en castellano, pero te recomendamos la editorial Bellaterra. Si además te apetece estimular la imaginación con una novela, te proponemos empezar por un clásico, el Marqués de Sade, o también Pauline Réage. El resto está en tus manos.

miércoles, 29 de enero de 2014

VESTIDA PARA CASTIGAR

El sado (BDSM) es el placer a través del dolor físico, de la humillación y el sometimiento. Con la práctica de sado se consigue alcanzar el éxtasis al ser inmobilizados con esposas o cuerdas y ser azotados con látigos. El placer obtenido con el sado es sentirse totalmente indefensos al obedecer sumisamente a otra persona, vestida con ropa especial para sado y máscaras, esta persona es quien que da las órdenes y quien controla la situación de una manera autoritaria.Y esa persona puedes ser tú.
Tienes que sentirte poderosa, lasciva, perversa con un toque de sensualidad que ponga al compañero/a a tono. Nunca te quedes totalmente desnuda... por lo menos debes conservar los panties o los zapatos o botas, o incluso algo tan simple como un collar de perro/a.





 







 
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viernes, 24 de enero de 2014

MIS AMIGAS Y YO

Este blog no lo escribo yo sola somos varias amigas con las misma vitalidad  e inquietudes por dar un giro a nuestras vidas y probar nuevas cosas, a pesar de ser maduritas. Compartimos la misma pasión por el placer y el sexo por el sexo, cuando no estamos juntas conectamos nuestro Msn, ponemos la web cam y montamos un show con consalodores y bolas chinas. Asi pues las ire presentando en este post.

ISABEL M. M.,  64 AÑOS




ROSA MARIA, 62 AÑOS

 
 
 

CATALINA, 53 AÑOS

 
 


jueves, 23 de enero de 2014

FETICHISMO

Mujer, hombre, no olvideis nunca que el fetichismo es la parte más inteligente del sexo. Una mente fetichista es inquieta, observadora, mira los detalles, y es algo que nos va a permitir representar varios papeles en la vida: modelo, amante, fetiche, actriz, puta... el placer, el goce sexual, el erotismo serán mayores. 
La imaginación, los actos inusuales, el uso vinculante o una parte del ser amado, como ropa, cabellos, zapatos  provocan una mayor excitación sexual; los límites seran los que ponga vuestra imaginación.

 

sábado, 11 de enero de 2014

DISCIPLINA INGLESA: SOBRE RODILLAS, MESAS Y CAMAS

Continuamos en este post tratando brevemente las diferentes posturas a adoptar en la disciplina inglesa, sobre la silla, la mesa y como no, la cama.
 

SOBRE UNA SILLA
Existen diversas variantes de posturas de castigo que emplean una o varias sillas:
  • El spankee se inclina sobre la silla, apoyando las palmas de las manos en el asiento de la misma, lo que permite al spanker tener perfecto acceso tanto a sus nalgas como a sus muslos para infligir el castigo. Esta posición puede tener otra variante en la que el spankee apoya el estómago en el respaldo de la silla y las manos en el asiento, aferrando el borde del mismo; en esta variante, el spankee queda con la cabeza levantada, siendo frecuente que deba mirar a la pared que tiene delante, no siendo extraño que el spanker haya prohibido al spankee bajar la cabeza durante el castigo. Además, el spankee puede anticipar, por las sombras, el azote que recibirá. En ambas variantes de la misma posición, el spankee suele mantener las piernas algo separadas.
  • El spankee se coloca de rodillas con las rodillas juntas en el borde de la silla, con los brazos sobre el respaldo de la misma. En esta variante, el spanker sólo tiene acceso a las nalgas del spankee, quedando los muslos de éste bastante protegidos, pero se añade al castigo la incomodidad de tener que permanecer de rodillas casi en equilibrio sobre el borde del asiento, lo que impide que el spankee se mueva demasiado.
  • El spankee se coloca de rodillas en el asiento de una silla, con el estómago apoyado en los respaldos de las dos sillas y las manos apoyadas en el asiento de la segunda silla, a cuatro patas. Esta posición deja al alcance del spanker las nalgas y los muslos del spankee por completo, que además no puede apenas moverse, uniendo al castigo la incomodidad de estar arrodillado y con las palmas de las manos apoyadas completamente, manteniendo todo el peso de su parte superior. En ella el spankee puede mantener la cabeza en alto o bien completamente agachada, de la misma manera que puede tener las piernas entreabiertas o completamente cerradas, en función de lo que haya determinado el spanker.
En cualquiera de estas posturas se pueden utilizar todos los implementos, ya sean largos o cortos, más o menos flexibles, etc.

SOBRE UNA MESA
Nuevamente existen diferentes variaciones de esta postura, siempre colocándose a lo ancho de la mesa, no a lo largo:
  • El spankee apoya las palmas de las manos y los antebrazos en la mesa, mirando al frente o con la nariz pegada a la superficie de la mesa, con las piernas entreabiertas generalmente, dejando completamente expuestas las nalgas y los muslos. En este caso es perfectamente posible usar todos los implementos.
  • El spankee se tiende completamente en la mesa, aferrando con las manos el extremo opuesto de la mesa, con las piernas cruzadas en el aire, lo que hace que tense las nalgas, endureciendo así el castigo. De esta manera, el spankee apenas puede moverse, ya que se encuentra casi en el aire, debiendo mantener el equilibrio. No deben usarse implementos demasiado rígidos ni con demasiada fuerza, pues se corre el riesgo de generar lesiones por aplastamiento.
 
 

EN LA CAMA
En este caso, el spankee se coloca tumbado en la cama o el sofá con uno o varios almohadones bajo el estómago, lo que eleva su pelvis. Los implementos adecuados en esta postura son aquellos que no sean demasiado rígidos, ya que se corre el riesgo de causar importante lesiones en los huesos por aplastamiento; los que se suelen usar son aquellos de cuero, zapatillas, instrumentos cortos y bastones, además de la propia mano del spanker, claro.


APOYADO SOBRE LA PARED
En esta posición, al castigo se le une la incomodidad de mantener la postura que hace sufrir bastante la espalda, ya que se trata de que el spankee quede completamente en ángulo recto con la pared, manteniendo la espalda perfectamente recta, y también los brazos y las manos, pues quedan en posición poco natural. Esto impide que realice cualquier tipo de movimiento.
En este caso, no existe complemento que no se pueda usar.

DISCIPLINA INGLESA: POSTURA SOBRE LAS RODILLAS

De lo que hemos visto y leido en el post anterior podemos sacar algunas conclusiones, ssobre las posturas a utilizar en este juego de dominación:  a más popular de las posturas es sobre las rodillas, a las que siguen los azotes sobre sillas, mesas y como no, sobre la cama. Veamósla.


SOBRE LAS RODILLAS
En esta postura el azotador (o spanker) está sentado y el azotado (o spankee) tumbado boca abajo sobre sus rodillas. Es la postura más clásica y en ella existe un contacto corporal directo y permanente entre los dos participantes. También permite inmovilizar de forma más eficaz al azotado simplemente con sujetar a su espalda uno de sus brazos, los cuales tiene que usar para mantener el equilibrio. Aunque en esta postura el spanker tiene perfectamente a su alcance las posaderas y piernas del azotado, lo que permite el control completo en cuanto a ritmo, intensidad y demás variables que pueden introducirse en el castigo en sí, el spankee está demasiado cerca como para permitir el uso de todos los implementos. De esta manera, sí se podría utilizar implementos cortos, como la zapatilla, una paleta, un cinto doblado en cuatro o sólo en dos y enrollado en la mano del spanker, una cuchara de madera, una regla corta o incluso una vara de reducidas dimensiones, pero sería muy difícil manejar un bastón o un látigo en esta postura.

Para esta postura existes diversas variantes:
  • El spanker está sentado en una silla con un pie apoyado en algo que permita elevar la posición de una rodilla con respecto de la otra. El spankee se coloca en las rodillas tumbado como ya se ha dicho, pero sus nalgas quedan más altas, endureciendo así el castigo sin necesidad de emplear una intensidad extraordinaria.
  • El spanker está de pie, con un pie apoyado en una superficie dura, de modo que el spankee queda colocado mirando al suelo prácticamente en equilibrio sobre una sola rodilla de su azotador.
Otra posibilidad es que el spanker esté sentado en algo blando, como una cama, con las piernas completamente estiradas, y el spankee se tumbe sobre sus rodillas quedando casi completamente tumbado a su vez; en esta variación no ha de mantener el equilibrio porque la superficie de la cama ya le sujeta. Es una posición generalmente usada en spanking erótico, con tintes sensuales.